Tras la reciente reestructuración en la alta dirección del grupo Renault, el nuevo CEO, François Provost, ha disipado las dudas sobre el futuro de Alpine en la Fórmula 1. En declaraciones que tranquilizan tanto al equipo como a los aficionados, Provost aseguró que la participación de la marca en la máxima categoría del automovilismo es una pieza clave de su estrategia.
La inquietud sobre la continuidad de Alpine en la F1 surgió a raíz de los cambios directivos en Renault. Sin embargo, Provost se mostró contundente al respecto, declarando: “La Fórmula 1 sigue siendo parte de nuestra estrategia para promover la marca Alpine y no tengo ninguna intención de cambiar eso”, expresó.
El principal objetivo del equipo de F1 ahora es mejorar el rendimiento en pista. Provost, dejó en claro que la única prioridad son los resultados, enfatizando la necesidad de que el equipo muestre una mejora significativa en la temporada actual y se prepare para tener éxito con el nuevo monoplaza de 2026. Este reto se presenta como la principal meta a corto y medio plazo para la escudería. Otro aspecto importante es la transición de motores. A partir de 2026, Alpine dejará de utilizar sus propios propulsores para adoptar los de Mercedes, una decisión que se tomó tras la determinación de Renault de detener la producción y el desarrollo de sus unidades de potencia al final de 2025. Este cambio tecnológico, junto con las nuevas regulaciones, será crucial para el desempeño del equipo.
La confirmación de Provost no solo garantiza la presencia de Alpine en la parrilla, sino que también establece una hoja de ruta clara y ambiciosa, con un enfoque renovado en la obtención de resultados y la adaptación a un futuro tecnológico muy prometedor.
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