La victoria de Lando Norris en el Gran Premio de Hungría, a bordo de su McLaren, fue un testimonio de pura resistencia y estrategia inesperada. Visiblemente exhausto, pero eufórico, el joven piloto británico compartió sus impresiones justo después de cruzar la línea de meta, revelando la intensidad de una carrera que lo llevó al límite.
Con el sudor en la frente aún brillando bajo los focos, la planificación inicial del equipo no contemplaba una estrategia de una sola parada en boxes, pero la evolución de la carrera los obligó a tomar una decisión arriesgada. “¡Estoy muerto! Fue realmente duro. Después de las primeras vueltas, era nuestra única opción para volver a la lucha por la victoria. Fue realmente complicado, Oscar remontó en el último stint y ¡ataqué como nunca! Es realmente gratificante, es un resultado perfecto hoy”, comentó Lando Norris.
La victoria fue tan sorpresiva para Norris como para sus rivales, sin embargo, el ritmo del MCL38 era innegable. “No pensé que la estrategia nos daría la victoria, ni siquiera el segundo puesto. Sabía que íbamos a buen ritmo, incluso detrás de George en el primer stint. No pude adelantarlo, pero tenía buen ritmo, así que sabía que si hubiera tenido algo de margen podría haber atacado y hecho algunas cosas buenas, como fue el caso. Siempre es arriesgado usar este tipo de estrategias, pero también implica no cometer errores, como fue el caso hoy”, subrayó.
La batalla interna con su compañero de equipo, Oscar Piastri, fue otro elemento clave de la emocionante jornada, y Norris lo destacó con un espíritu deportivo ejemplar. “No sé si podemos decir que uno de los dos pilotos tiene la ventaja sobre el otro en términos de impulso antes del parón de verano. Es muy bonito luchar contra tu compañero de equipo, y es realmente genial para nosotros como equipo, con una 200.ª victoria en F1. Oscar hizo un muy buen trabajo, pero he conseguido mantenerlo detrás de mí, tengo ganas de que tengamos más batallas como esta”, reflexionó el piloto de McLaren.
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