Max Verstappen experimentó un viernes de pesadilla en el Gran Premio de México. El piloto de Red Bull, vio truncada su jornada de entrenamientos libres debido a un persistente problema con la unidad de potencia de su monoplaza.
Los problemas comenzaron en la primera sesión, cuando Verstappen reportó por radio un funcionamiento irregular del motor. La situación empeoró en la segunda práctica, donde el piloto neerlandés describió un “ruido extraño” cada vez más intenso, lo que obligó al equipo a llevar el coche al garaje de forma prematura.
Como resultado de estos inconvenientes, Verstappen no pudo registrar un tiempo competitivo en ninguna de las dos sesiones, lo que supone un duro golpe para sus aspiraciones de cara a la clasificación y la carrera. “Estamos revisando la unidad de potencia. No sé exactamente qué pasó, pero fue un día bastante inútil para mí. Sólo di cuatro o cinco vueltas, así que no tenemos muchos datos. Este fue realmente un día para recordar para mí. Creemos que podemos solucionar el problema sin que yo tenga que afrontar ninguna sanción”. comentó Max Verstappen.
Red Bull trabajará intensamente durante la noche para solucionar los problemas del motor y garantizar que Max Verstappen pueda competir en condiciones óptimas en la clasificación y la carrera. Sin embargo, este contratiempo inesperado plantea interrogantes sobre la fiabilidad del monoplaza del vigente campeón del mundo.
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