La expectativa en torno a la llegada del equipo Cadillac F1 a la parrilla en 2026 ha alcanzado un nuevo pico. Según fuentes cercanas a la Scuderia Ferrari, el piloto mexicano Sergio Pérez será protagonista de una sesión de pruebas crucial en el circuito de Imola, donde se estará familiarizando con el personal y la dinámica de trabajo que lo acompañarán en el debut del equipo estadounidense.
La colaboración toma forma con una cesión inusual: el SF-23, el monoplaza de Ferrari de la temporada anterior, ha sido puesto a disposición de la naciente escudería para un test bajo la categoría TPC (Testing Previous Cars). Esto es vital, ya que Cadillac carece aún de su propia máquina y ha recurrido al apoyo de Ferrari, quien será su suministrador de unidad de potencia y transmisión a partir de 2026.
La FIA ha otorgado una dispensa especial para que Pérez pueda rodar esta semana en el circuito Enzo y Dino Ferrari. Este permiso permite piloto mexicano, que se ha rumoreado con fuerza como el líder del proyecto Cadillac, comenzar a establecer una relación de trabajo esencial con los técnicos y mecánicos que lo asistirán en la temporada venidera. El objetivo es claro, trasladar el conocimiento adquirido en el simulador a la realidad de la pista.
Aunque la escuadra americana ha intentado mantener el máximo secreto en torno a estos tests, se ha confirmado que las pruebas están programadas para llevarse a cabo el jueves y viernes de esta misma semana. Si bien Arthur Leclerc será quien pilotee el SF-23 en Fiorano en primera instancia como parte de las deliberaciones de Ferrari, se espera que Pérez sea el encargado de pilotar en Imola. No se descarta, además, que observadores de Cadillac estén presentes en los boxes para seguir de cerca la transición del mexicano a su nuevo entorno de trabajo. Este debut marca el inicio formal de la preparación de Pérez con miras a su ambicioso regreso a la Fórmula 1 en 2026.
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