Verstappen desmiente que el monoplaza de Red Bull esté hecho a su medida

En el mundo de la Fórmula 1, los rumores y las especulaciones sobre el diseño de los monoplazas y su relación con el estilo de conducción de los pilotos son constantes. Recientemente, Max Verstappen abordó de manera directa la persistente idea de que los coches de Red Bull Racing se construyen específicamente para adaptarse a su manejo.

Las estadísticas del neerlandés, sin duda, alimentan estas teorías. Desde 2019, Verstappen ha logrado 60 victorias y cuatro títulos mundiales con Red Bull. En contraste, sus cinco compañeros de equipo durante este mismo periodo —incluido Sergio Pérez— han conseguido tan solo cinco triunfos en total. Esta disparidad en el rendimiento ha llevado a muchos a pensar que el diseño del monoplaza prioriza las preferencias de Verstappen, dejando a otros pilotos con dificultades para adaptarse.

El director técnico de Red Bull, Pierre Waché, ya había negado esta premisa el año pasado, argumentando que la prioridad del equipo es siempre diseñar el coche más rápido posible, no uno hecho a la medida de un solo piloto. “Nuestro objetivo no es desarrollar un coche específicamente para Max”, declaró Waché.

A su vez, explicó que un coche rápido, por su propia naturaleza, a menudo requiere una configuración más inestable, y que la habilidad de Verstappen para manejar esa inestabilidad es lo que lo diferencia. Verstappen, por su parte, ha sido contundente al rechazar las afirmaciones de que el diseño del RB21, con el que ha sumado 187 de los 194 puntos del equipo esta temporada, sea el ideal para él. “Simplemente me adapto a lo que tengo. No es lo que me gusta, es simplemente lo que tengo. Así que tengo que conducir acorde a ello para ir lo más rápido posible en la pista”, explicó el piloto de Red Bull. 

Su enfoque, lejos de buscar validación externa, está motivado por su propia ambición. “No hago esto para demostrarle a la gente lo que puedo hacer. Lo hago porque quiero ser la mejor versión de mí mismo. En ese sentido, soy un perfeccionista absoluto. Aunque me baje del coche y me diga: ‘Ya estuvo bien’, nunca es suficiente”, concluyó.