Lewis Hamilton entregó una actuación destacada en el Gran Premio de Italia culminando en un sexto lugar que, aunque lejos del podio, tuvo un sabor a victoria para él y para la ardiente afición de Ferrari. A pesar de haber enfrentado una sanción en la parrilla de salida, el británico logró una remontada notable, una que describió con una satisfacción palpable, aunque sin falsas expectativas sobre el futuro inmediato.
El piloto británico, afirmó haber sentido un control total sobre su monoplaza, pese al tráfico inicial que entorpeció su avance. “Me sentí en completo control del coche hoy. Tuve una buena salida, pero me quedé atrapado entre varios coches y tuve que bajar la velocidad. Aun así, obtuve buenas posiciones en la primera y cuarta curva. Fue increíble ascender al sexto puesto después de la penalización y lograr semejante racha frente a los Tifosi”, señaló.
Al reflexionar sobre las decisiones estratégicas de la carrera, Hamilton no evadió la autocrítica. Reconoció que algunas elecciones tácticas pudieron no haber sido las más acertadas, como la oportunidad de adelantar a su antiguo compañero de equipo, George Russell. “Quizás deberíamos haber intentado adelantar a George pronto en ese momento. Alargar la carrera no funcionó, pero aprenderemos de esto”, analizó.
Sin embargo, a pesar de la euforia por su actuación en Monza, Lewis Hamilton mantuvo los pies en la tierra respecto a las posibilidades de Ferrari de luchar por la victoria en las próximas carreras. Con una honestidad brutal, evaluó el desempeño actual del equipo, ubicándolo por debajo de sus principales rivales. “No merecía un podio hoy, así que no saldré, pero iré al muro a ver a los Tifosi. En cuanto a ritmo puro, estamos por detrás de Red Bull y McLaren. Actualmente somos el cuarto o quinto equipo más rápido. Si hacemos un trabajo excepcional, podríamos subir al podio, pero no lo espero por pura velocidad”, afirmó.
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