En un movimiento que subraya su ambición de ser un actor clave en la próxima era de la Fórmula 1, el fabricante de automóviles estadounidense Ford ha anunciado una significativa expansión de su participación en el proyecto de desarrollo de Red Bull Powertrains. La colaboración, anunciada inicialmente a principios de 2023, ha evolucionado para incluir una contribución mucho más profunda en la creación de la unidad de potencia de 2026, un motor que estará regido por nuevas y drásticas normativas.
Esta creciente implicación no se limita únicamente al motor. Mark Rushbrook, el director global de Ford Performance, ha destacado que la compañía se ha sumergido en el núcleo del proyecto para aprender sobre la electrificación y la interconexión de sus componentes. “Queríamos aprender sobre electrificación: la química de las celdas de la batería, los motores, los inversores, la calibración, el control y cómo todo eso interactúa con el motor de combustión interna”, explicó Rushbrook.
La decisión de Ford de regresar al pináculo del automovilismo se fundamentó en la crítica importancia que tendrán las baterías a partir de 2026, un área de experiencia que la empresa busca perfeccionar para sus vehículos de producción. Asimismo, Rushbrook señaló que su enfoque se ha ampliado. Aunque inicialmente la colaboración se centraba en la parte eléctrica, ahora se ha extendido al motor de combustión interna, un área que Ford ha reconocido como crucial para su aprendizaje continuo. “Al principio no nos interesaba mucho trabajar en el motor de combustión interna, pero ahora también lo hacemos porque todavía tenemos mucho que aprender en este ámbito”, afirmó.
Este compromiso integral evidencia la seriedad con la que Ford se está preparando para su retorno, aportando conocimiento y recursos a una escudería que atraviesa un período de transformación. Red Bull, por su parte, se encuentra en medio de una transición estratégica. Con la salida de figuras influyentes como Christian Horner, Adrian Newey y Jonathan Wheatley, además de su decisión de producir sus propios motores, el equipo está en un momento de redefinición.
La mayor inversión de Ford, que ahora se extiende a la producción de componentes y la parte operativa del vehículo, llega en un momento oportuno. La colaboración no es solo tecnológica, sino también estratégica, ya que Ford busca contribuir en la optimización de la eficiencia del combustible y en casi todos los aspectos del monoplaza. El rol de Ford, según Rushbrook, ha pasado de ser un simple colaborador a un socio integral en el proyecto, fortaleciendo la estructura de Red Bull de cara a los desafíos de la nueva era de la Fórmula 1.
Follow @formulanitrocom
COMMENTS