El Gran Premio de São Paulo concluyó con una dosis de drama interno en el equipo Racing Bulls, donde sus pilotos, Liam Lawson e Isack Hadjar, protagonizaron un tenso encontronazo en la vuelta final. A pesar de la colisión, que hizo temer por el resultado, Lawson reconoció la “suerte” del equipo al lograr asegurar un valioso doblete de puntos, finalizando en la séptima y octava posición.
El neozelandés, se defendía en la séptima plaza durante los compases finales, enfrentando la presión de un tren de coches con DRS, incluido el de su compañero Hadjar. La pugna llegó a su punto crítico en la última vuelta, cuando Hadjar lanzó un agresivo ataque que resultó en un toque en la primera curva de Interlagos, creando un momento de pánico en el pit wall de Racing Bulls.
Sorprendentemente, la escudería salió ilesa y consolidó un excelente resultado con ambos monoplazas en la zona de puntos. Lawson, aliviado, minimizó el incidente: “Isack estaba intentando hacer un movimiento. Pero al final ambos salimos bien, así que no hay problema. Y lo más importante, los dos coches del equipo terminaron séptimo y octavo; ese es un gran resultado”, declaró a Sky F1.
Lawson justificó la intensidad de la maniobra, señalando la inevitable naturaleza de la batalla en ese momento crucial: “Era la última vuelta de la carrera. Francamente, no creo que ni el equipo ni nadie pudiera haber esperado algo diferente. Aunque no es lo ideal, no había manera de que no estuviéramos luchando por una posición como esta. Reconozco que tuvimos suerte, pero este fin de semana fue realmente genial para el equipo”, dijo para concluir.
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