Tras concluir un ciclo de transformación en Mercedes, George Russell ha reafirmado su posición como uno de los pilares de la Fórmula 1 moderna. Al cierre de la temporada 2025, el piloto británico no solo consolidó su liderazgo dentro de las “flechas de plata”, sino que lanzó un aviso directo a la parrilla: está preparado para luchar por el campeonato mundial contra Max Verstappen.
La temporada de Russell ha sido un ejercicio de regularidad sobresaliente. Tras compartir tres años con Lewis Hamilton —donde mantuvo un récord de puntos casi equilibrado pero superó al heptacampeón en victorias—, el 2025 le vio asumir el rol de líder indiscutible frente al joven debutante Andrea Kimi Antonelli. Su desempeño fue vital para que Mercedes asegurara el subcampeonato de constructores, destacando como el único piloto fuera del trío aspirante al título en lograr una victoria en un Gran Premio.
Con un impresionante registro de 18 podios o resultados entre los cinco mejores en 24 carreras, y fallando únicamente en Mónaco (donde terminó 11º), Russell tiene claro su crecimiento personal. Al ser cuestionado sobre si este ha sido su mejor año, el piloto afirmó: “Absolutamente mi temporada más sólida en términos de rendimiento: más consistente, menos errores”, dijo.
Para Russell, el nivel mostrado este año le da la confianza necesaria para enfrentar al referente de Red Bull Racing. “Definitivamente creo que puedo competir con Verstappen la próxima temporada; puedo manejar a jugadores de primer nivel. Max es, sin duda, el referente en la actualidad. Es la única persona con la que me gustaría competir. Es el único piloto con el que la gente realmente cuestionaría tu competitividad. Es el único con el que querrías ser compañero de equipo para medirte”, añadió.
Con la mirada puesta en su octava temporada en la categoría (la quinta con Mercedes), Russell apela a la paciencia histórica, trazando paralelismos con la trayectoria de Michael Schumacher en Ferrari. El “Káiser” necesitó cinco temporadas en Maranello antes de iniciar su racha de títulos mundiales, un proceso de construcción que Russell valora profundamente. “Siempre recuerdo la era Ferrari de Schumacher; tardaron cinco años en conseguir el primer campeonato. La gente solo recuerda los años gloriosos, pero veo que esos cuatro años sin campeonatos a menudo se olvidan”, reflexionó el piloto de Mercedes.
La mentalidad de Russell ha evolucionado desde sus días difíciles en la parte trasera de la parrilla con Williams. Para él, el éxito en la Fórmula 1 es binario: se gana o se pierde, sin matices en las posiciones intermedias. “Siendo sincero, para mí no hay mucha diferencia entre terminar segundo en el campeonato y terminar vigésimo. Si no ganas, no ganas. Aprendí eso en Williams, estar al final de la parrilla cada semana era muy frustrante. Ahora estoy aquí, pero si sigo sin luchar por el campeonato, no se siente tan diferente. O luchas por el campeonato o no; nadie quiere luchar por el segundo puesto”, añadió.
Con la madurez de quien ha pagado sus deudas en la categoría, Russell concluye con una mezcla de ambición y calma: “Estoy listo, pero sé que mi momento llegará. Necesito ser paciente”, dijo para concluir.
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