El Gran Premio de Austria de Fórmula 1 se convirtió en un verdadero calvario para Williams y, en particular, para Carlos Sainz, quien no dudó en calificar el fin de semana como un “desastre” absoluto. La escudería de Grove regresó a casa sin sumar un solo punto, un revés significativo que ha encendido las alarmas en el equipo.
Los problemas de Sainz comenzaron desde la sesión de clasificación en el icónico Red Bull Ring. El monoplaza FW47 del piloto español presentó daños en el suelo y dificultades con los frenos, lo que limitó drásticamente su rendimiento, relegándolo a una decepcionante 19ª posición en la parrilla. Tras la sesión, un visiblemente frustrado Sainz explicó a los medios: “Sí, me acaban de confirmar que hay daños en el suelo del coche. No sé exactamente dónde fue, porque no me salí de la pista, pero algo debió desprenderse y perdimos mucha carga aerodinámica”. A esto se sumó un inconveniente con los frenos, que provocaba que el coche se desviara al frenar, un problema crítico en un circuito con tres puntos de frenada tan exigentes como el de Spielberg.
El día de la carrera, la pesadilla de Sainz se intensificó. Aunque logró tomar su lugar en la vuelta de formación, el FW47 se negó a arrancar. Si bien consiguió reiniciar el vehículo, la situación empeoró al final del pit lane, donde sus frenos traseros se prendieron en llamas, forzando un doloroso retiro. “Necesitamos averiguar si esto está relacionado con lo que sucedió en la clasificación”, comentó Sainz a DAZN después del incidente.
La frustración del piloto español es palpable, especialmente al considerar la primera mitad de la temporada. “Obviamente, muchas cosas han ido encajando últimamente. La primera mitad de la temporada ha sido un poco lenta para nosotros en ese sentido. Pero esta mala suerte acabará en algún momento y todo empezará a encarrilarse”, expresó con un tono de esperanza. No obstante, la necesidad de un análisis profundo es clara: “Necesitamos averiguar por qué tuvimos tantos problemas, tanto en la clasificación como en la carrera. En las últimas carreras hemos tenido problemas con los frenos, con el motor, sobrecalentamiento, etc. En ese sentido, estamos un poco flojos”.
El resumen de Sainz fue contundente: “Fue un fin de semana flojo. Fue un desastre de principio a fin y ahora ambos coches están fuera de la carrera. Fue un fin de semana desastroso para nosotros, pero tengo que apretar los dientes. Tenemos que ver cómo mejoramos como equipo”.
Por su parte, el jefe del equipo, James Vowles, compartió la desilusión, aunque con un enfoque más técnico. “Un día realmente decepcionante. Tuvimos el ritmo para terminar cómodamente sextos hoy, pero dos coches quedaron fuera de carrera. Tuvimos dos problemas diferentes y necesitamos entender cuáles son y encontrar soluciones para evitar que se repitan en el futuro. Estamos en camino de desarrollar un vehículo rápido, pero en términos operativos y de durabilidad, aún no estamos completamente preparados. Nos quedan 13 carreras y estas serán cruciales para competir con los mejores”, comentó James Vowles.
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